El amor no es egoísta… Y por eso el que ama no tiene ningún miedo. Si amaras de verdad tendrías que poder decirle a tu amada o amado: "Así, sin cristales de colores, te veo como sos, y no como yo quisiera que seas… Así te quiero!!... Te quiero sin miedo a que me dejes o te vayas, sin miedo a que me faltes, a que no me quieras." Porque en realidad ¿ Qué es lo que querés? ¿Amar a esa persona tal cual es, o amar a una imagen que te hiciste de ella y que no existe?...
Es muy importante en cuanto puedas dejar de pensar en lo que querés egoístamente, deshacerte de tus deseos, recién vas a poder amar; a lo contrario no se lo debe llamar amor, es todo lo contrario de lo que el amor significa.
El enamorarse no es amor, es hacerse una imagen para si mismo de cómo imaginas a la persona o de cómo te gustaría que fuera…A la larga todo eso no es más que un sueño, porque esa persona existe solo en tu imaginación, no es real, es una ideación. Por eso, siempre sucede que cuanto conoces la realidad de esa persona, como no coincide con lo que vos te imaginabas, te decepcionas y se termina el idilio…
La esencia de todo enamoramiento son los deseos que tenemos de que algo sea de tal o cual manera. Deseos que siempre generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, habitan en el mundo de la inseguridad, en la desconfianza, en el miedo a que todos los sueños se acaben, se desmoronen…
El enamoramiento proporciona cierta emoción y exaltación. Cuando estás enamorado no te animás a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fondo, sabes que el enamoramiento sólo se alimenta de ilusiones, de imágenes idealizadas, de fantasías.
El enamoramiento fuerza a una manipulación de la verdad y de la otra persona para que quiera y sienta lo mismo que vos y así poder poseerla como un objeto, sin miedo a que te falle. El enamoramiento es producto de la inseguridad, es el padecimiento del que no está capacitado para amar libre y gozosamente… El inseguro no desea la felicidad de verdad; porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere el poderoso estimulante de los deseos y con los deseos vienen el miedo, la ansiedad, las tensiones y, por descontado, la desilusión y el sufrimiento… Finalmente se pasa de la exaltación a la desesperanza…
¿Cuánto te puede durar el placer, el encantamiento de creer que conseguiste lo que anhelabas ? El primer trago de placer es fascinación y por eso va unido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se apoderan de vos las dudas, llega la tristeza, la angustia… Esa misma alegría y exaltación de cuando llega el “amado”, es proporcional al miedo y al dolor de cuando este se va... o cuando lo esperas y no viene... o cuando lo llamás y no atiende … ¿Esto vale la pena? No se olviden de la máxima: “Donde hay miedo no hay amor”, y es un a verdad de a puño…
Cuando nos despertamos de nuestro sueño, cuando nos damos cuenta y vemos la realidad tal cual es, nuestra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es la realidad y nada la cambia. Entonces puedo decirle al otro, al ser querido: "Como no tengo miedo a perderte, dado que no sos un objeto de propiedad ni mía ni de nadie, entonces puedo amarte así como sos, sin deseos egoistas, sin condiciones, sin querer poseerte… Mi amigo y amiga te puedo asegurar que esta forma de amar es un gozo, una alegría sin límites!!!
¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía? Escuchas cada nota, te deleitas en ella y la dejas pasar, sin buscar la permanencia de ninguna de ellas, pues en su andar está la armonía, siempre renovada y siempre fresca. Así también es en el amor.
Dentro de mí suena una melodía cuando llega mi amada, y es mi melodía la que me hace feliz; y cuando mi amada se va me quedo lleno con su música… y la verdad es que yo no puedo echarte de menos porque estoy lleno de vos… lleno de tu ser... Si te echara de menos sería reconocer que cuando te vas te quedaste afuera. ¡Pobre de mí, si cada vez que mi amada se va, mi orquesta dejara de sonar!!!!!
Cuando te quiero, te quiero independiente de mí, y no enamorado de mí, sino enamorado de la vida…
“El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido ; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad…” La Biblia
Alberto Avila